¿Qué dice la Biblia acerca de San Gabriel?

¿Qué dice la Biblia acerca de San Gabriel?

El Libro de Daniel menciona a dos arcángeles: Miguel y Gabriel. En el Antiguo Testamento, San Gabriel interpreta las visiones de Daniel.

Sin embargo, por lo que más se conoce a San Gabriel es por el papel que juega en el Nuevo Testamento. Zacarías, un sacerdote judío, y su esposa Isabel no habían tenido hijos, e Isabel ya era una persona mayor para concebir. San Gabriel se apareció a Zacarías cuando este estaba quemando incienso en el Templo y le dijo: “No temas, Zacarías, porque tu petición ha sido escuchada; Isabel, tu mujer, te dará a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Juan” (Lc 1,13). Sin embargo, Zacarías dudó, por lo que el arcángel le replicó: “Yo soy Gabriel, el que está delante de Dios, y he sido enviado para hablarte y anunciarte esta buena nueva. Mira, te vas a quedar mudo y no podrás hablar hasta el día en que sucedan estas cosas, porque no diste crédito a mis palabras, las cuales se cumplirán a su tiempo” (Lc 1,19-20). Este niño que tuvieron Zacarías e Isabel es Juan el Bautista.

San Gabriel es quien se aparece a María en la Anunciación:

Al sexto mes fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. Y entrando, le dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo.» Ella se conturbó por estas palabras, y discurría qué significaría aquel saludo. El ángel le dijo: «No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús.

El será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin.» 
María respondió al ángel: «¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?» El ángel le respondió:

«El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios. Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez, y este es ya el sexto mes de aquella que llamaban estéril, porque ninguna cosa es imposible para Dios.» Dijo María: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra.» Y el ángel dejándola se fue. (Lc 1,26-38).