¿Puede el Papa contradecir la Biblia?

¿Puede el Papa contradecir la Biblia?

Si bien San Pedro como apóstol fue capaz de una revelación inspirada en sus escritos y enseñanzas, la muerte del último apóstol, San Juan (c. 98 d. C.), puso fin a la Revelación que había comenzado con Moisés y los profetas y se perfeccionó en Cristo. (Hebreos 1:1-2). El papel de los sucesores de los apóstoles ha consistido desde entonces en custodiar ese Depósito Divino de la Fe, ya sea escrita o enseñada oralmente, es decir, la Sagrada Escritura o Tradición Apostólica (2 Tes. 2:15).

No obstante, Cristo proporcionó una garantía de asistencia divina, prometiendo que el Espíritu Santo los ayudaría en esta tarea (Juan 14:26), dando a Pedro el deber, y por lo tanto el carisma de “confirmar a sus hermanos” (Lc 22,31). Esto también es inherente a la promesa anterior de Cristo a Pedro de que las puertas del infierno no prevalecerán contra el Reino de cuyas llaves Pedro es custodio. (Mt. 16:18-19)

Aun así, el ejercicio supremo del carisma docente del Papa se circunscribe a un contexto particular, definido por el Concilio Vaticano I como,

 . . . en el ejercicio de su oficio de pastor y maestro de todos los cristianos, en virtud de su suprema autoridad apostólica, define una doctrina sobre la fe o las costumbres que ha de ser sostenida por toda la Iglesia, que posee, por la asistencia divina que le fue prometida en el bienaventurado Pedro, aquella infalibilidad de la que el divino Redentor quiso que gozara su Iglesia al definir la doctrina sobre la fe o la moral.