¿Dados los términos para nombrar al Padre y al Hijo, debe entenderse que Dios es varón?
¿Dados los términos para nombrar al Padre y al Hijo, debe entenderse que Dios es varón?
Como con toda enseñanza sobre Dios, nuestra comprensión humana es limitada. El Catecismo explica lo siguiente:
(CIC 239). Conviene recordar […] que Dios transciende la distinción humana de los sexos. No es hombre ni mujer, es Dios. Transciende también la paternidad y la maternidad humanas, aunque sea su origen y medida: Nadie es padre como lo es Dios.
Dios es Espíritu, y lo spiritual no tiene sexo. Las categorías humanas de sexo y género son distinciones que surgen de la necesidad material de nuestra naturaleza humana de perpetuarse mediante la reproducción. Ni la naturaleza divina de Dios ni la naturaleza espiritual de los ángeles tienen esa necesidad.
El uso de los términos Padre, Hijo, o los pronombres masculinos para referirnos a Dios se basan en la Revelación: es decir, según se ha revelado Dios mismo. Entonces, aunque Dios es espíritu y por lo tanto no es varón ni mujer, el uso del masculino (Padre, Hijo, y todos sus atributos expresados en género masculino) revela algo acerca de la naturaleza divina y la comunión de las Personas Divinas, por analogía con nuestra naturaleza humana.
En las creaturas, lo masculino y lo femenino hacen referencia al modo en que se genera esa naturaleza. En los varones, la generación se da afuera de ellos; en las mujeres, ocurre adentro, donde también nutren la vida una vez que comienza. Como algunas religiones e ideologías confunden a Dios con su creación, el uso de los términos masculinos nos enseña que Dios es diferente (otro/afuera) de Su creación. No crea en Su propio ser ni nutre a la creación dentro de sí. Los nombres “Padre” e “Hijo” se comprenden desde esa concepción también.
Eso no significa que las cualidades psicológicas generalmente vinculadas con lo femenino y la maternidad no se utilicen en las Sagradas Escrituras. Sin embargo, son características que normalmente expresan la relación temporal de Dios con Su pueblo; mientras que el uso de los nombres masculinos y los términos asociados en género masculino en la Revelación son una manifestación acerca de la naturaleza divina y la relación eterna entre las Personas Divinas.