Al arzobispo de Belgrado, 1999

Autor: Juan Pablo II

 

CARTA DE SU SANTIDAD JUAN PABLO II
AL ARZOBISPO DE BELGRADO

   

Al venerado hermano Mons. FRANC PERKO
Arzobispo de Belgrado
Presidente de la Conferencia episcopal de Yugoslavia

Con profundo dolor estoy siguiendo todos los días la trágica situación humanitaria, que se va agravando, en las diversas regiones de Yugoslavia y sobre todo en Kosovo. Con especial afecto me siento particularmente cercano a los pastores y a los fieles de las comunidades católicas, así como a todos los hombres de buena voluntad que se esfuerzan por ayudar a los que más sufren en estos momentos, por verse privados del afecto de sus seres queridos, alejados a la fuerza de sus casas e injustamente obligados a vivir lejos de su tierra.

Al mismo tiempo, deseo asegurarle a usted, venerado hermano, y a todos los obispos de Yugoslavia, que esta Sede apostólica proseguirá sus esfuerzos en favor de la paz, para que se ahorren ulteriores sufrimientos a esas poblaciones, y en particular a las de Kosovo, tan trágicamente probadas.

Por último, será preciso recordar a todos los responsables de la vida nacional e internacional que siempre es posible el camino del diálogo y que ese camino siempre puede llevar a encontrar soluciones honrosas para los interlocutores, respetando a los hombres y mujeres de una misma tierra, que todos son hijos del mismo Padre que está en el cielo.

En esta hora trágica ésa es la oración de toda la Iglesia, que está más cercana que nunca a vosotros, pidiendo unánimemente al Señor que haga brillar sobre vuestra tierra querida la estrella de la paz, para que se respeten los derechos de toda criatura de Dios.

Con estos sentimientos, le envío a usted, venerado hermano, así como a todos los obispos de Yugoslavia, mi bendición apostólica.

Vaticano, 19 de abril de 1999