TV, Radio e Internet
Programación
Ceremonia de bienvenida a Lisboa 6 a.m. ET
Visita al Monasterio de los Jerónimos 7:45 a.m.
Visita al presidente de Portugal 8:45 p.m. ET
Santa Misa en Lisboa 1:15 p.m. ET
Encuentro con el Mundo de la Cultura 5 a.m. ET
Arribo a Fátima 12:10 p.m. ET
Vísperas 1 p.m. ET
Santo Rosario y Procesión
de las Antorchas
4:30 p.m. ET
Misa en Fátima 5 a.m. ET
Misa en Porto 5:15AM a.m. ET
Despedida en Porto 8:30AM a.m. ET
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Alejandro Bermúdez | Padre Daniel Cardó |
Visita Apostólica a Chipre
Junio 4 - Junio 6, 2010
Visita Apostólica a Gran Bretaña
Septiembre 16 - Septiembre 19, 2010
Queridos hermanos y hermanas
Antes de acercarme hasta vosotros, llevando en las manos la custodia con Jesús Eucaristía, quisiera dirigiros unas palabras de aliento y de esperanza, que hago extensivas a todos los enfermos que nos acompañan a través de la radio y la televisión y a quienes, aun sin tener esa posibilidad, se unen a nosotros mediante los vínculos más profundos del espíritu, es decir, mediante la fe y la oración.
Hermano mío y hermana mía, tú tienes “un valor tan grande para Dios que se hizo hombre para poder com-padecer Él mismo con el hombre, de modo muy real, en carne y sangre, como nos manifiesta el relato de la Pasión de Jesús. Por eso, en cada pena humana ha entrado uno que comparte el sufrir y el padecer; de ahí se difunde en cada sufrimiento la con-solatio, el consuelo del amor participado de Dios y así aparece la estrella de la esperanza” (Enc. Spe salvi, 39). Con esta esperanza en el corazón, podrás salir de las arenas movedizas de la enfermedad y de la muerte, y permanecer de pie sobre la roca firme del amor divino. En otras palabras, podrás superar la sensación de la inutilidad del sufrimiento que consume interiormente a las personas y las hace sentirse un peso para los otros, cuando, en realidad, vivido con Jesús, el sufrimiento sirve para la salvación de los hermanos.
¿Cómo es posible esto? Las fuentes de la fuerza divina manan precisamente en medio de la debilidad humana. Es la paradoja del Evangelio. Por eso, el divino Maestro, más que detenerse en explicar las razones del sufrimiento, prefirió llamar a cada uno a seguirlo con estas palabras: “El que quiera venirse conmigo… que cargue con su cruz y me siga” (cf. Mc 8, 34). Ven conmigo. Participa con tu sufrimiento en esta obra de la salvación del mundo, que se realiza mediante mi sufrimiento, por medio de mi Cruz. A medida que abraces tu cruz, uniéndote espiritualmente a la mía, se desvelará a tus ojos el significado salvífico del sufrimiento. Encontrarás en medio del sufrimiento la paz interior e incluso la alegría espiritual.
Queridos enfermos, acoged esta llamada de Jesús que pasará junto a vosotros en el Santísimo Sacramento y confiadle todas las contrariedades y penas que afrontáis, para que se conviertan –según sus designios– en medio de redención para todo el mundo. Vosotros seréis redentores en el Redentor, como sois hijos en el Hijo. Junto a la cruz… está la Madre de Jesús, nuestra Madre.
Mayo 11
Saludo a los jóvenes
Homilía en Lisboa
Visita al Presidente de la República
Bienvenida a Lisboa
Saludo al Rey de España
Mayo 12
Consagración de los sacerdotes a María
Homilía en las Vísperas
Oración del Santo Padre ante la Virgen
Encuentro con el Mundo de la Cultura
Mayo 13
Santa Misa en el Santuario de Fátima.